No estás...

                                  NO ESTAS...
Me despierto con ganas de seguir soñando. De seguir rozando tu cintura con mis manos, tu pelo enredado con el mio y ver en tu rostro toda la locura que dure, confundir la realidad con la ficción para tenerte, sentirte, para volver a despertar...
Porque se que me levanto y no estarás, que ya no estarás en las oscuras sombras que brotan de la noche en primavera, ni en la sombra proyectada del frio suelo de Madrid. Ya no estas... cruzando la mirada entre mis letras que se convirtieron en signos de interrogación, ni en el aire que antes tenia. Solo me quedan suspiros de aliento sin sabor, suspiros que no tienen ganas ni razón, que no tienen donde ir, que no llegan a ninguna parte, porque ya no encuentran el sello postal para llegar a tus ojos, y las palomas de mi cielo se perdieron en tu voz. Pero yo seguiré caminando hacia la orilla del río, siguiendo la dirección del viento a paso lento y a contracorriente, esperando a que tu silencio deje de serlo y me haga de salvavidas, del arroyo que cultiva mi vida, de esta droga que eres tu. Seguiré calmando la sed bebiéndome mis propias palabras para no ahogarme en el olvido y formar parte de eso que nunca termino de empezar, de ese guion que en blanco se quedo, pues la tinta de mi pluma se seco. Debes en cuando, les hablo de ti, a mis amigas las estrellas, ellas solo se ríen de mi y murmullan en silencio, y hasta la luna sabe que, como ellas, las estrellas emprendieron un viaje convirtiéndolas en sueño, en sueño fugaz, en un sueño que solo en mi ficción puedo contemplar y volver a sentir, pero ni la vía láctea pudo encontrar tu rastro ni huellas del corazón que me robaste, solo una silueta formada por tus recuerdos que flotan en la nada, por eso me despierto con ganas de seguir soñando y ver que aun estás.